PARTE 2 – Filantropía

Filantropía Familiar-Empresarial: ¿Una Herramienta de Unión para la Familia Empresaria?

Como vimos en el artículo de la semana pasada, la “filantropía” que ejercen las Familias Empresarias vía sus negocios —también conocida a nivel empresarial como Actividades de Responsabilidad Social Corporativa o Actividades de Responsabilidad Social Empresarial (RSE)—, representa uno de los principales elementos de cambio social en los países Latinoamericanos.

Adicionalmente, es importante saber que el ejercicio de la filantropía como Familia puede ayudar a fortalecer nuestros lazos familiares: el trabajo filantrópico de las Familias Empresarias suele ser también una herramienta para mejorar las relaciones intrafamiliares; para promover la negociación y el consenso; y para aprender a comunicarse.

Por otro lado, la responsabilidad social puede también proveer una estrategia de salida al fundador o a la generación al mando. Por ejemplo, han surgido casos en los que el Fundador se retira, pero siente que todavía tiene energía para desarrollar proyectos de valor. Es ahí cuando la filantropía familiar-empresarial emerge como una alternativa en la que el Fundador “retirado” se ocupa y desarrolla sus capacidades, sin verse involucrado directamente en las decisiones de gestión, de las que ahora está a cargo el nuevo director de la Empresa Familiar.

Por si esto fuera poco, el ejercicio de la filantropía familiar-empresarial también sirve como instrumento de “formación” y “bisagra” entre la familia empresaria y la empresa familiar; ya que cuando existen miembros de la familia que no tienen interés en “laborar” en el negocio o no han cumplido con los requisitos para poder colaborar activamente en él, estos pueden interactuar y participar junto con los demás familiares en las actividades de RSE, sintiéndose útiles, desarrollando sus propias pasiones y contribuyendo en el fortalecimiento de la identidad familiar. Por ejemplo, si mi pasión es el arte y sólo quiero ser accionista activo de mi Empresa Familiar, más no trabajar en ella, puedo generar eventos culturales (exposiciones de pintura, fotografía, conciertos, etc.), auspiciados por la misma, con el fin de generar ingresos que beneficien a algún segmento de mi comunidad, y que contribuyan a mantener la buena imagen que como empresa y familia tenemos en nuestro entorno social.

Es por lo anterior que el apoyo filantrópico familiar-empresarial no sólo promueve el bienestar social, sino también la unidad familiar. Mientras más trabajamos en objetivos comunes que afectan a otros, y a nosotros mismos, nos conocemos, interactuamos y compartimos experiencias, con lo que generamos y fortalecemos los lazos familiares (relaciones intrafamiliares sanas) y nutrimos las emociones positivas (estamos orgullosos de nosotros mismos y de los demás).

En conjunto, las actividades filantrópicas familiares-empresariales desencadenan varios beneficios, entre ellos:

1) el fomento a la unidad entre los miembros de la familia;

2) la creación de una estrategia de salida del negocio familiar para el fundador o la generación al mando;

3) la integración a un proyecto común de los accionistas familiares que no trabajan dentro de la organización;

4) así como un impacto favorecedor a la sociedad en general.

¿Ves algún otro beneficio?…. ¡¡¡COMPÁRTELO!!!

Dra. Rosa Nelly Trevinyo-Rodríguez

 

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